2. Indirectos
a. Gravimetría: la gravedad de la Tierra teórica se puede obtener a partir de una ecuación, donde la variable que puede modificarla sería la densidad. Podemos medir la gravedad en diferentes puntos de la Tierra, y se han observados variaciones con respecto al valor teórico. Estas modificaciones se denominan anomalías. Como la única variable que se puede modificar es esa densidad, nos hace pensar que dependiendo de la zona en la que nos encontremos, la densidad de la roca puede variar.
g = G. 4/3. Π. d. R
G: cte. de gravitación universal
d: densidad de los materiales
R: radio de la Tierra
De esta manera, hemos podido deducir valores de densidad de rocas teniendo esos datos de gravedad.
Si en la anomalía la gravedad real es mayor que la teórica, diremos que dicha anomalía es positiva. Al revés sería negativa.
Gracias a gravímetros, aparatos que miden la gravedad, se ha podido comprobar que hay anomalías positivas en los océanos, y negativas en los continentes.. De ahí deducimos que las densidades en la composición oceánica son mucho más altas que en las continentales. Igualmente este estudio gravimétrico lo ha usado el hombre para la localización de petróleo, bolsas de gas natural...
b. Geotermia: el origen del calor interno de la Tierra se debe a un calor primordial remanente (aún queda tras la formación del planeta), la desintegración de partículas radiactivas, y la rotación diferencial entre las capas internas de la Tierra. Este calor se distribuye en el interior del planeta, y se ha comprobado que desde la superficie, la temperatura va aumentando en 3 ºC cada 100 metros ( es lo que se denomina gradiente geotérmico). Sin embargo, si fuera esto así a unos 1000 km todas las rocas estarían fundidas, pero no es lo que ocurre, por lo que dicho calor debe distribuirse de otra manera en el interior terrestre (corrientes de convección que estudiaremos más adelante)
Gracias a este calor en superficie, también hemos podido estudiar anomalías, positivas si la temperatura es mayor a la teórica, y a la inversa con las anomalías negativas. Se han encontrado anomalías positivas en las dorsales, bordes montañosos y en zonas volcánicas. Las negativas coinciden con zonas de fosas oceánicas y en medio de los continentes. Esto nos hace deducir que en zonas positivas los fenómenos de movimiento de materiales son mucho más activos que en zonas con anomalías negativas.
c. Geomagnetismo: la Tierra de comporta como un gran imán que convierte la energía mecánica en eléctrica. Esto se produce gracias al movimiento del hierro en el núcleo externo, debido a la rotación de la Tierra y a las propias corrientes de convección del calor interno. Gracias a esas corrientes eléctricas, se forma el campo magnético. Cuando una roca se forma queda grabada en ella el magnetismo que presentaba el planeta en ese momento. En la Tierra ha habido cambios en la dirección del campo magnético.
Gracias al estudio del paleomagnetismo (magnetismo creado en rocas antiguas) hemos podido comprobar teorías del movimiento de los continentes. (Serán explicado más adelante)
Ej. 14, 15 y 16 pág. 262
Comentarios
Publicar un comentario